domingo, 10 de enero de 2010

La vida es el sentido

La vida muere, no sólo en los frentes de las guerras y los desiertos de pobreza y hambre. No sólo en los hospitales, no sólo en los asilos de ancianos olvidados ni en rincones inesperados. La vida muere en los pasos que damos, en cómo los damos, en las decisiones que tomamos y en otras que decidimos no tomar. En los caminos que escogemos, en las verdades que aceptamos. La vida muere en cómo miramos. En cómo nos miramos. Frente a la pantalla, acomodada en sillas de oficina y en sillones de lujo. Muere en la resignación. En el olvido en el que encerramos lo que al menos alguna vez creíamos que valía la pena: lo nuevo, lo diferente -y mejor- a lo que hay. Lo de uno, lo de todos. Para uno, para todos.


Sólo quiero avivar la vida.

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